Prevención de alcances y lesiones cervicales

Los siniestros de tráfico causan daños cervicales a alrededor de 25.000 personas cada año.

Las colisiones por alcance son el siniestro que ocasiona la mayoría de las lesiones cervicales. Estos siniestros se producen generalmente en cascos urbanos, en atascos y en las incorporaciones laterales a otras carreteras, y, por lo tanto, a velocidades reducidas y contenidas. En estos siniestros la cabeza se mueve de forma violenta hacia adelante para luego retroceder con rapidez y acabar golpeando el reposacabezas.

La fuerza aplicada en esos movimientos la soportan músculos, tendones, vasos sanguíneos, nervios y discos intervertebrales que sufren estiramientos, roturas o aplastamiento. Algunas veces es tan fuerte y violento que puede provocar la muerte.

El primer síntoma del daño cervical es una ligera molestia en el cuello, pero será solo el comienzo de una serie de síntomas que pueden variar en intensidad. Dolor de cuello, contractura muscular, rotura de fibras, limitación de la movilidad del cuello, vértigos, dolor lumbar, zumbidos en los oídos, etc. son otros síntomas y consecuencias de los daños cervicales.

 

Un latigazo cervical en un adulto puede suponer una tetraplejia, mientras que un/a niño/a puede sufrir lesiones muchísimo más graves, ya que los menores padecen hemorragias internas con mucha más facilidad. Además, hasta los 4 ó 5 años se da en los niños y niñas una desproporción entre la cabeza y el resto del cuerpo, lo que sumado a la reducida resistencia de las vértebras que sujetan la cabeza hace que los daños sufridos se agraven considerablemente.

En el caso de los esguinces cervicales, el tiempo de curación varía en función de la gravedad y puede oscilar entre 1 ó 2 meses en casos leves y más de 6 meses sufriendo secuelas en los casos de siniestros más graves.

Para reducir estas lesiones, los reposacabezas son los mejores elementos de seguridad secundaria o pasiva. Los reposacabezas deben estar colocados a muy poca distancia de la cabeza, de forma que eviten el movimiento hacia atrás. Su altura debe coincidir con la altura de la cabeza y el respaldo no debe estar excesivamente inclinado. Los reposacabezas activos y que no se pueden regular manualmente son los más recomendables. Este tipo de reposacabezas se activa cuando el cuerpo presiona el respaldo del asiento provocando que éste se incline hacia adelante y hacia arriba. Además, su eficacia se multiplica con la correcta colocación del cinturón de seguridad.

En muchas ocasiones este tipo de siniestro no recibe la importancia real que tiene dado que se producen generalmente a velocidades muy bajas, entre los 15 y 25 km/h. Pero se debe tener en cuenta que incluso a velocidades de 9 km/h ya se pueden producir lesiones cervicales de importancia.

Aunque desde el principio el cuerpo se resiente ante un impacto tal como es un choque con el coche, incluso a velocidades bajas, es muy habitual que los dolores comiencen a aflorar en las horas e incluso días posteriores. Por eso es importante no infravalorar la gravedad y recibir asistencia médica desde el primer momento.

El cuello y la cabeza son partes vitales y muy débiles de nuestro cuerpo y aunque las lesiones sufridas en ellos tengan carácter leve, éstas se pueden convertir en crónicas ocasionando bajas laborales de entre tres y cuatro semanas. Para evitar o reducir este tipo de siniestros debemos mantener un nivel de atención muy alto, circular a la velocidad adecuada y mantener la distancia frontal de seguridad correcta.

Los sistemas de seguridad activa avanzados, como el sistema de alerta por colisión frontal, ayudan al conductor a evitar estos siniestros.