Conducción eficiente

Consiste en un estilo de conducción que, aplicando la conducción preventiva, emplea la anticipación y la suavidad en la conducción para añadir un elemento extra consistente en una reducción del empleo de combustible y de las emisiones de ruido y dióxido de carbono durante la circulación.

 

Conducir en el siglo XXI

Buena parte de los actuales trabajadores se han formado en conducción de vehículos durante el siglo XX. En el caso de los más mayores, han visto pasar ante sus ojos una gran variedad de vehículos, con la incorporación paulatina de diferentes equipamientos de seguridad.

Tanto es así que, en el plazo de unos pocos años, se aprecian mejoras visibles en los vehículos, sobre todo respecto a la tecnología que incorporan.

Del mismo modo, se ha producido un gran avance en las vías de circulación en los últimos 50 años en España.

Sin embargo hay un factor que no ha evolucionado al mismo ritmo, y es el conductor, dado que no está sometido, a priori, a una presión por la mejora en su actividad, como sí se le exige a las infraestructuras y a los vehículos.

Los cambios tecnológicos que se han producido, así como los cambios sociales referidos a la mayor sensibilidad hacia la eficiencia de los procesos, la llevado a que la conducción económica en los programas de formación de conductores para la obtención del permiso de conducción.

La conducción económica combina técnicas de conducción preventiva con el óptimo mantenimiento del vehículo y otras técnicas que promueven seguridad y eficiencia en la conducción.

Desde la adquisición de un vehículo valorando su ecoetiquetado para comparar consumos y emisiones de gases, hasta revisar periódicamente el estado de los neumáticos y aplicar técnicas de conducción eficiente.

 

Decálogo de técnicas de conducción eficiente

 

  1. Arrancar sin pisar el acelerador

Es innecesario. El encendido en los vehículos modernos es electrónico. Acelerar implica consumir más y desajustar el encendido.

 

  1. La 1ª relación de marchas

Iniciar la marcha en 1ª, para empezar a moverse. Cambiar a 2ª transcurridos 2 segundos o recorridos 6 metros.

 

  1. Cambie de marcha lo antes posible

El cuentarrevoluciones indica el estado del motor.

  • En coches diésel, cambiar de marcha antes de las 2.000 revoluciones por minuto.
  • En coches gasolina, cambiar de marcha antes de las 2.500 revoluciones por minuto.

Estos datos son orientativos, y dependen de más factores.

También es posible cambiar mirando el velocímetro, con la siguiente aproximación:

  • 2ª marcha: a los 2 segundos o 6 metros aproximadamente;
  • 3ª marcha: a partir de 30 km/h;
  • 4ª marcha: a partir de 40 km/h;
  • 5ª marcha: por encima de 50 km/h;
  • 6ª marcha: por encima de 60 km/h.

Tras cambiar, ha de acelerarse con rapidez para mantener la velocidad del vehículo.

 

  1. Mantenga una velocidad uniforme

Los aumentos de velocidad al acelerar implican consumo de combustible y aumento de energía cinética. Aumenta el riesgo de perder el control.

La energía para acelerar muchas veces se pierde en energía calorífica al frenar.

Conviene mantener una velocidad siempre que sea posible constante.

Es más confortable.

 

  1. Moderar la velocidad

Más velocidad implica más energía cinética y más riesgo de perder el control.

También aumenta el consumo de combustible.

 

  1. La anticipación y la previsión: claves de la conducción eficiente

Para poder conducir de forma segura y económica es necesario:

  • Observar adecuadamente los alrededores, y especialmente lo que hay por delante.
  • Tras la observación, viene la evaluación, que lleva a anticiparse a lo que pueda suceder eligiendo la opción más segura.

Sólo así, con anticipación, es posible conducir a velocidad uniforme.

 

  1. Uso de la inercia con la marcha engranada

 

Cuando la seguridad lo permita, es mejor usar el freno motor que el freno de servicio para aminorar la marcha progresivamente. Si se levanta el pie del acelerador, con la marcha metida, por encima de unas revoluciones próximas al ralentí, se alcanza un consumo nulo.

A la par, es posible frenar suavemente con el freno de servicio hasta la detención.

Si es preciso, se puede reducir a la marcha más larga posible.

 

  1. Detenciones

Cuando se pueda, detenerse en la marcha más larga posible, sin reducir la marcha.

 

  1. Subidas y bajadas

En subidas, retrasar el cambio a una marcha más larga para contrarrestar el efecto de la pendiente, y usar el acelerador sin usarlo a fondo.

En bajadas, se puede invertir el proceso adelantando el cambio a una marcha más larga.

En bajadas, igualmente usar el freno motor para moverse con la inercia.

 

  1. Paradas prolongadas

Consiste en apagar el motor durante paradas cortas siempre que sea seguro hacerlo.